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dimarts, 24 de març del 2015

Article 235) HOMENATGE A JOSÉ MANUEL BLECUA TEIXEIRO, ANY 1984

José Manuel Blequa Teixeiro
JOSÉ MANUEL BLECUA TEIXEIRO (1913-2003) es molt conegut pels antics alumnes de filologia de la Universitat de Barcelona, perquè al llarg de molts anys, el seu nom va ser puntal, en l'esmentada universitat, com a catedràtic de LITERATURA ESPAÑOLA.

No és estrany doncs que, en el moment de voler fer-li un homenatge, aquest es traduís en poesia. És per això que avui faig aquest article, per honorar-lo una vegada més, però també, per recuperar uns poemes, que grans poetes, li van escriure, i, que, potser, si no els donéssim a conèixer, dormirien, qui sap quan de temps,  en aquella publicació de l'any 1984, editada per  Edicions Universitat de Barcelona, sota el títol: POESIA EN HONOR DE J.M. BLECUA

Naturalment, i encara que em sap greu, no puc inclouré en aquest article tots els poemes que conformen el llibre, jo faré un amplia selecció, però, la resta de poemes, us recomano que els llegiu en aquest enllaç:  http://www.cervantesvirtual.com/obra/poesia-en-honor-de-jm-blecua/



 JORGE GUILLÉN

       NOVENTA

                 I

Tengo tan buena suerte que soy nonagenario.
No sé si algún poeta que hablase nuestro idioma
Subió por el Parnaso a tan dichosa loma.
El ritmo guía a veces por un mundo muy vacío.

                II

Sí, cumplí mis noventa
De modo natural.
La vida cotidiana
Va por su curso a un mar.
           
                III

Cesaron las alharacas.
Sin inquietud de monólogos,
Voy sereno al desenlace
Tan callando.
                          18 de enero de 1983



VICENTE ALEIXANDRE

EN MI FIN ESTÁ MI PRINCIPIO

La figura pequeña, allá lejos, no dice, no diría,
la verdad. Quizá de lejos un muchacho.
Ah, pero algo distinto.
Viene de allá su vida, su cuerpo
viene de allá, y desciende.
Antaño creció, subió, se irguió. Cuando seguro ascendía
y cuando gallardo llegó, se alzó en la cumbre.

Mas la cumbre, el cénit, un punto solo,
y pronto, según las luces bajan, según el sol
del horizonte largo baja,
baja también su cuerpo, en el escarpe.
Lo que baja es su vida, su sombra dulce
primero; su violentada sombra después,
y baja siempre.
Regresa
hacia
su punto de partida. Lo vemos poquito a poco pasar por
         donde anduvo cuando avanzaba,
llegar a donde vuelve, cuando regresa.
Ya casi un joven de nuevo. Vedle lejos.
Su figura semeja, más pequeña, a aquella antaño.
Vedle más lejos. Sí: un muchacho ahora.
Mañana un niño
muerto.


MARIÀ MANENT 

DARRERIES DE MAIG

El lligabosc lluïa la flor prima
per un camí perdut;
m'arribà quan cercava, pensívol, una rima
la flauta del cucut.

Com una onada trista m'acotxava,
primaveres antigues venien cap a mi:
amors, temences, rossinyols, flor blava
èreu com una boira que em cloïa el camí.



TOMAS GARCÈS 

VIATGE A TRES PAÏSOS

INTERLAKEN

Entre dos llacs, entre dos llacs, el prat.
A tocar de la mà, cristall o núvol,
l'esmolada blancor de la jungfrau.
I en la capsa de música del dia
les campanetes primes dels cavalls.

PAISSATGE GALLEC

Ran de la prada verda, oberta, sense fi,
pins i eucaliptos formen un perfumat coixí.
Vies de tren, de cap a cap, la tallen
i es perden, lluny. Al riu, els bedolls s'enmirallen.

En el silenci vert,
el batec s'endevina, la paraula no es perd.
Deixeu que l'hora fugi.
L'herba els riells adelerada amaga
i quan la llum del cap al tard s'apaga
la prada es tanca, delitós refugi.

LA FIRA D'AGRIGENTO

A la fira d'Agrigento 
no volies aturar-te.
¿On era el cotó de sucre
d'aquelles fires llunyanes?
Girava la rosa verda,
cavalls de cartró giraven.
A la fira d'Agrigento
no volies aturar-te.

Però jo hi era, i en torno
amb una pinta de plata.
Pentina't a poc a poc,
pentina't sense anyorança.

Dels cabells de neu i lluna
sortiran somnis encara.


RAFAEL ALBERTI

RETORNOS DEL COMETA HALLEY

Ya era yo lo que era
cuando apareció el cometa.
R. A.


Tú me arrastras, me llevas,
me suspende tu cauda rutilante.
Yo soy tu cola, tu incendiado núcleo.
Tú ya eras yo, cuando te apareciste,
como yo tú, llegados desde los más remotos infinitos.
Te descubrí una noche insomne de mi infancia,
y asido de tu inmensa cabellera
ascendimos del mar de mi bahía.
Luego nos fuimos, desapareciendo
en los ciegos espacios insondables,
de incandescentes niños,
muchachas y paisajes de altas temperaturas,
durante tantos siglos.
Pero ahora, de pronto, de nuevo nos anuncian,
estupefactos telescopios hablan
de nuestra aparición por una sola noche,
cometa peregrino de mi vida,
invisible errabundo

a través de los siglos y cifras estelares. 

                  

  LORENZO GOMIS

BIEN SUPO VER EL BOSCO
EL JARDÍN DE LAS DELICIAS

¿Has caído del cielo? Adán está sentado
con el perfil flamenco y el pelo alborotado.
Se pregunta, perplejo, quién lo habrá desnudado
y quién es el señor que está de pie a su lado.

Pálida brota Eva, casi Venus de hierba.
Es la típica novia. El pudor la preserva.
Su tímida mirada para el suelo reserva.
El índice, olvidado, en el sexo conserva.

Disfrazado de obispo, Nuestro Señor los casa.
«Este jardín os doy y será vuestra casa.
Que crezca con vosotros el fermento en la masa.»
Mientras dura el sermón, uno al otro repasa.

La propuesta es bien clara: vivir como pareja.
Ser león y leona, ser cordero y oveja;
formar dúo en el canto, diálogo en la queja,
engendrar sin dolor, ser conejo y coneja.

«Pálida Eva, dime; dime, pálida Eva,
de mi carne costilla, de Dios última prueba,
punto final del orbe, seno de vida nueva,
si harás lo que te diga cuando yo el dedo mueva.»

«Eres un ser antiguo, muy señor mío Adán.
En ti se mueve el mono con su mímico afán.
De las huellas de Dios nunca tus pies saldrán,
como animal perfecto tus hijos te tendrán.»   

«Otra cosa soy yo. De ti Dios me ha sacado.
Así, dirán un día, de ti me ha liberado.
Sólo entre sueños fue mi nido tu costado.
Podemos vivir juntos, pero hemos terminado.»

«Mira qué bien el Bosco lo ha pintado en su tabla,
delicias de presente, un futuro de fábula.
Es inútil que viertas en mi oído tu bla-bla.
Yo soy la fantasía, surrealismo al habla.»

«Cazador, pescador, gastrónomo gotoso,
llegarás renqueando con el bastón al foso
y allá te pararás, de pronto, tembloroso.
¿Quién te ha engañado, di? Me acusarás, hermoso.»

«La mujer que me diste me hizo comer la fruta,
dirás con vocación de viudo que se enluta.
No te hará caso Dios: juntitos por la ruta
del mundo nos pondrán a seguir la disputa.»

Dos Adán, asombrado -no tiene aún apellido-,
contempla la doncella que se ha desprendido
del orden natural, por Dios establecido.
De la serpiente, cerca, se adivina el silbido.

El poeta Jesús, palabra creadora,
se queda pensativo algo más de una hora.
«El lobo treinta y uno como el uno devora.
Mas haces la mujer y se vuelve señora.»

Mil lobos son iguales, nada importa al guarismo,
millones de hormiguitas van rectas al abismo.
Pon lava en el volcán y tendrás cataclismo.
Mas haz una mujer y ya nada es lo mismo.»

«Adán bajo control yo bien creo que estaba,
como papa y pastor el mundo gobernaba.
Ya sé que estaba solo, pero solo mandaba.
Eva funda la historia y el paraíso acaba.» 


ANGEL CRESPO

VARIACIONES SOBRE UN TEMA
DE FRANCISCO DE QUEVEDO

               TEMA:
Polvo serán, mas polvo enamorado


         VARIACIONES:

                  I
Polvo seré, mas polvo enamonado
que en alas del recuerdo se alza en vuelo
para seguir su vocación antigua
en la que por Amor se vio burlado:
pues ejerció contra él injusto celo,
y con su llama amable pero ambigua,
y con sus enemigas y ficciones,
nos solía mudar las ocasiones.

                  2
Podré, suelto, poder lo que querría
haber podido, pues caeré en tu pecho

como el polvo que al sol danza y se alegra;
que no he de ser ceniza en tumba fría,
pues te daré calor, cuando deshecho,
ilustrando de luz tu noche negra:
y no he de ahorrar, ya polvo, por quererte,
esfuerzo al viento, sustos a la muerte.


                  3
Pondré en torno a tu oculta calavera,
por nieve y rosas y oro al sol flotante,
velo inconsútil de variado oriente;
seré sutil simún desde que muera,
polvo que siente en halo palpitante,
giro en torno a tus pasos permanente,
o bien seré de polvo fina alfombra
con el perfil y el peso de tu sombra.

                  4
Caeré sobre tu afán y en tu reposo
cual cendal de celoso paroxismo,
ora a sabiendas, ora a la ventura:
que, siendo polvo oscuro o luminoso,
y cambiando, seré siempre yo mismo
según la circunstancia y tu figura;
y tan de ti he de ser como soñaba
cuando el polvo ante ti me dibujaba.

                 5
Cuando poses la mano —y, pensativa,
con la otra brindes a tu sien estrado—
en abandono entre ligero y grave,
yo caeré en tus recuerdos desde arriba
para cubrir las señas del pasado,
y haré que el descender sea tan suave
que olvides el deseo y la impaciencia
y vuelva todo a ser pura inocencia.

                 6
Y cuando tú, ya en polvo convertida,
seas bajo las flores nuevo Oriente,
y ecuador soterrado de otro cíelo;
cuando olvide lo oscuro su medida
y sea tu Estigia cristalina fuente
—¡tanto poder al polvo da el anhelo!-
yo bajaré a fundirme en nueva horma
y ambos seremos una sola forma.

                  7
Alados y exhalados, surgiremos,
y de mi polvo la querencia viva
al tuyo y mío, en vórtice fogoso,
por tierra, fuego y agua, con sus remos,
y por el aire, llevará; y arriba
—tanto que el sol se muestre ya celoso—
subirán nuestros fuegos de tal suerte
que al polvo nieguen, y a la misma muerte.



ENRIQUE BADOSA

CUANDO TRAS CADA PUERTA...

                                             A José Manuel Blecua

Cuando tras cada puerta se yergue un precipicio
—suele ser por la noche, si nos hallamos solos-,
sirvámonos el whisky que nos gusta,
con mucho hielo de ecuanimidad.
Acariciemos cautos el escote
de Amarilis, jocundo,
o bien de Florís, tímido, y acaso
habrá que perdonar o agradecer
unos sujetadores de negro transparente.
Con todo esto no será preciso
poner música clásica,
y que perdone Mozart, tan amado.
Sin embargo, pensemos con prudencia
los más serenos versos de los grandes maestros,
o los que deseamos escribir
con no menor afán de perfección
y de librarnos ya de los abismos. 



CARLOS BARRAL

QUEBRANTO DEL VIDRIO

Te conviene saber
que cada nuevo encuentro con el mundo insidioso,
cada nueva agresión de lo aparente
—aunque fuera diáfano y tranquilo—
y de las gentes aunque sosegadas,
es injuria penúltima y, a veces,
se hace injuria constante.
El que parece espejo transitable y es
piedra veloz y repentina espada
que las nubes empuñan y un rumor
de bandadas de pájaros inciertos,
—tal vez en las esquinas del aire reluciente
o el azul afilado hincándose en lo vivoes
injuria final que se contenta
por esta vez con menos y que vuelve
impensable clemencia al cielo airado.
La atmósfera enemiga
con escudo de arena transparente
o sangriento portillo acuchillado
no es excepción ni acaso, es advertencia
—perenne- de que es azul la muerte
que los dioses prefieren, leve olvido,
brevísimo,
del arte de vivir, al pie del muro
arruinado y escrito
que cerca la ciudad atormentada.



J. M. CABALLERO BONALD

FRONTERA

¿Sientes gemir la mano
                                       en la baranda,
sientes también la mano aunque no gima
aferrada a los hierros
ferroviarios, tanteando las puertas
engrasadas de hollín y cardenillo?
¿No ves de súbito la sombra
surcando los andenes, la estás viendo
reptar bajo la marquesina
donde un anónimo viajero
se despide de nadie,
                                 donde
tú mismo esperas
la llegada de un tren que ya se ha ido?



JOSÉ AGUSTÍN GOYTISOLO

DIME OH ENCUBRIDORA

                                        A. José Manuel Blecua

Pesadumbre que llegas otra vez
y ya te fuiste
                   dime
oh encubridora
                         si todas las imágenes
de lo que fue mi vida
y que en las turbias noches tú me muestras
temblando como llama de candil
multiplicada en un espejo roto
y que de pronto escapan como lagartijas
trepando por los muros del jardín
de una casa sin amo
                                dime ya
¿podré leer alguna vez
el libro de la vida? ¿estaré allí
apuntado con mi nombre? ¿mi pasado
es el mío o será todo esto un gran error
un cambio en los papeles
y alguien me puso en el lugar de otro hombre
de un desgraciado al que odio y no conozco?


                                                                         1983



JOSÉ CORREDOR-MATHEOS

BORRA TODA HUELLA

                                    I
Sentir la muerte lejos,
sentir la vida lejos:
gozar sólo del viento,
de toda la fragancia
de tus pasos.
Si no quieres morir,
no te importe vivir.
Haz como si creyeras
en la vida,
mas no cuentes a nadie
tu secreto.
                                               7-III-1983


                                     II

¿Hay inmortalidad
que pueda compararse
a este saberte polvo?
¿Por qué quedar prendido
entre las cosas,
por qué quedar perdido
entre cenizas?
El sol, algunas veces,
dice claro
dónde está tu verdad,
y hay días de lluvia
que iluminan
tus estancias vacías.
Ser mortal es gozar
las cosas que no son.
Piensa en que ya no estás,
y borra toda huella
de tus pasos.
                                             30-I11-1983

                                      III

Inscribes porque ignoras,
porque aún tienes miedo.
Las palabras se olvidan,
los cristales se quiebran,
tus sentimientos mienten.
Todavía no escribes porque sí.
No has conseguido aún
que algunos versos
resulten necesarios
a los dioses.
Todavía tu voz
es sólo tuya:
no es de nadie.
                                           30-III-1983 


JOAQUÍN MARCO

DE TAN CORTÉS SONRISA
        (HOMENAJE)
                             
                                       A J. M. Blecua 



Desde este torrente revuelto de palabras
que van desde Berceo hasta Vallejo,
en Keats, Eluard o Goethe (sólo aparentemente sereno)
intentamos descubrir en vano
las que son claridad, clave, aroma
de nuestra propia vida. Son los versos de luz,
los oscuros pasajeros de inmisericordes penas,
los del aire que gime, los que nombran los pájaros,
los peces, los que cantan amor, goce,
muerte sin fin.

Los poetas se esconden en manuscritos,
en amarillas páginas impresas, gastadas por el tiempo,
como si un otoño gozara en dejarlas caer
y ya en la tierra, podridas en el humus,
quedaran para siempre en el olvido.

En vano trataban de fijarlas, de establecer su música,
descifrar los ritmos y cambiar su esencia.
Es un trabajo arduo de erudición y crítica
que en vano esconde aquel desasosiego
que aceptas y comprendes, quevedesco y altivo,
tradicional, moderno, amigo de Guillén,
cautivador de un Lope deshauciado,
institucionalista por más señas.
Viven en tu memoria no sólo los recuerdos
de otras ciudades, sino los versos ya definitivos.


ELOY SÁNCHEZ ROSILLO

LA VENTANA

En las tardes de marzo, cuando nada
queda ya en mi ciudad que recuerde el invierno
y una dulce pereza invade el ánimo
dispuesto a la indolencia,
es hermoso mirar por la ventana
mientras se oye una música,
ver las horas pasar, ver cómo el tiempo
fluye y va declinando poco a poco
la luz crepuscular.
                              Ningún cuidado
nos turba el corazón y nos ocupan
pensamientos amables, acaso vagamente
melancólicos.
                       Llegan
las sombras a las calles y a la estancia
en la que, en paz, a solas, nos sentimos
tal vez casi dichosos.
                                 En el cielo
se apaga el sol, y luego, muy despacio,

la noche va encendiendo las estrellas.


FRANCESC PARCERISAS

RETAULE A «THE CLOISTERS»

Per a vosaltres el món era un passatge forçat,
camí de salvació o d'infinita condemna
-com el gos d'aquest retaule que ha de córrer
travessant tot el mercat, un tall de carn a la boca.
Nosaltres, però, no esperem res. No tenim
dimonis ni sers alats que vetllin vora el coixí
per disputar-nos les ànimes en una llarga contesa.
El nostre apocalipsi és allò que ens és donat:
gratacels, llums, insomnis, ponts de ferro.
Com us envegem la pau d'aquesta pintura bella
on fespiga i la rosella s'enamoren. El vostre temps
s'ha detingut en aquesta cicatriu de la memòria.
Viviu com viu el que és etern i el que és inútil.
I jo us envejo la vida i em pregunto si algun dia
seré també com el drac, l'unicorn o el porc senglar:
un fantasma del temps que guaita des d'un retaule

els rostres dels visitants que la mort li envia.



PERE GIMFERRER

FRAGMENT S D'UN POEMA
      ESCRIT L'ANY 1970

                                         A José Manuel Blecua

Els escurçons que mouen només un dit de foc
i la boira que tant ha brusk la tempesta,
les despulles del cel, la finestra esbotzada,
l'espai que no conté ni una estella de llum,
la boscúria dels astres.
Atuïda de fustes i d'escuts, la tardor
és un puny ple de boscos.
La foscor a les garrigues i l'arbreda que es mou.
Se sent caure la nit — com quan t'atures
i el teu passat et pren sota la llàntia
com el foc a la llana o l'estopa dels àcids — la renglera
del passadís, l'estança ja corcada d'escates,
el pànic amb ulleres fosques de jardiner,
faldilles grogues amb volants i cabells rossos sota una
          llum de magnesi.
(I si el nostre passat ens fes por, és el nostre passat
        l'enemic.)